Rezar
Palabras del papa Francisco sobre la pobreza
Estas palabras del papa Francisco pueden ayudarnos a reflexionar más profundamente sobre cómo nuestra experiencia del amor de Dios puede abrir nuestros corazones a la solidaridad con nuestro prójimo y movernos a la acción. Al leer estas citas, pida al Espíritu Santo que lo ayude a discernir cómo podría ser llamado a una acción inspirada en el amor para abordar la pobreza..
Reflexiones sobre la pobreza
“Los tiempos nos hablan de mucha pobreza en el mundo, y esto es un escándalo. La pobreza del mundo es un escándalo. En un mundo donde hay tantas, tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, no se puede entender cómo hay tantos niños hambrientos, que haya tantos niños sin educación, ¡tantos pobres! La pobreza, hoy, es un grito”. (Papa Francisco, Diálogo con los estudiantes de las escuelas de los jesuitas — Preguntas y respuestas, 7 de junio de 2013)
“Amar a Dios y al prójimo no es algo abstracto, sino profundamente concreto: quiere decir ver en cada persona el rostro del Señor que hay que servir, y servirle concretamente. Y vosotros sois, queridos hermanos y hermanas, el rostro de Jesús”. (Papa Francisco, Palabras durante la visita a la casa de acogida “Dono Di Maria”, 21 de mayo de 2013)
“Es necesario, pues, encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra, no sólo para evitar que aumente la diferencia entre los que más tienen y los que tienen que conformarse con las migajas, sino también, y sobre todo, por una exigencia de justicia, equidad y respeto a todo ser humano”. (Papa Francisco, Discurso a la Organización para la Alimentación y la Agricultura, 20 de junio de 2013)
“Entre nuestras tareas, como testigos del amor de Cristo, está la de dar voz al clamor de los pobres”. (Papa Francisco, Discurso al arzobispo de Canterbury, 14 de junio de 2013)
“La pobreza nos llama a sembrar esperanza… La pobreza es la carne de Jesús pobre, en ese niño que tiene hambre, en quien está enfermo, en esas estructuras sociales que son injustas”. (Papa Francisco, Diálogo con los estudiantes de las escuelas de los jesuitas — Preguntas y respuestas, 7 de junio de 2013)
“En el Evangelio leemos la parábola del Buen Samaritano, que habla de un hombre asaltado por bandidos y abandonado medio muerto al borde del camino. La gente pasa, mira y no se para, continúa indiferente el camino: no es asunto suyo. No se dejen robar la esperanza. Cuántas veces decimos: no es mi problema. Cuántas veces miramos a otra parte y hacemos como si no vemos. Sólo un samaritano, un desconocido, ve, se detiene, lo levanta, le tiende la mano y lo cura (cf. Lc 10, 29-35). Queridos amigos, creo que aquí, en este hospital, se hace concreta la parábola del Buen Samaritano. Aquí no existe indiferencia, sino atención, no hay desinterés, sino amor”. (Papa Francisco, Discurso en el Hospital San Francisco de Asís de la Providencia, 24 de julio de 2013)
“Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos ‘custodios’ de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente”. (Papa Francisco, Homilía en el inicio del ministerio petrino, 19 de marzo de 2013)
“Al mismo tiempo que animamos el progreso hacia un mundo mejor, no podemos dejar de denunciar por desgracia el escándalo de la pobreza en sus diversas dimensiones. Violencia, explotación, discriminación, marginación, planteamientos restrictivos de las libertades fundamentales, tanto de los individuos como de los colectivos, son algunos de los principales elementos de pobreza que se deben superar. Precisamente estos aspectos caracterizan muchas veces los movimientos migratorios, unen migración y pobreza”. (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, 5 de agosto de 2013)
“No hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un ‘decoroso sustento’, sino de que tengan ‘prosperidad sin exceptuar bien alguno’. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común”. (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 24 de noviembre de 2013, no. 192)
“En el mundo de hoy se alzan con ímpetu voces que no podemos dejar de oír, y que piden a nuestras Iglesias vivir plenamente el ser discípulos del Señor Jesucristo. La primera de estas voces es la de los pobres. En el mundo hay demasiadas mujeres y demasiados hombres que sufren por grave malnutrición, por el creciente desempleo, por el alto porcentaje de jóvenes sin trabajo y por el aumento de la exclusión social, que puede conducir a comportamientos delictivos e incluso al reclutamiento de terroristas. No podemos permanecer indiferentes ante las voces de estos hermanos y hermanas. Ellos no sólo nos piden que les demos ayuda material, necesaria en muchas circunstancias, sino, sobre todo, que les apoyemos para defender su propia dignidad de seres humanos, para que puedan encontrar las energías espirituales para recuperarse y volver a ser protagonistas de su historia. Nos piden también que luchemos, a la luz del Evangelio, contra las causas estructurales de la pobreza: la desigualdad, la falta de un trabajo digno, de tierra y de casa, la negación de los derechos sociales y laborales. Como cristianos, estamos llamados a vencer juntos a la globalización de la indiferencia, que hoy parece tener la supremacía, y a construir una nueva civilización del amor y de la solidaridad”. (Papa Francisco, Palabras en la Iglesia Patriarcal de San Jorge, Estambul, 30 de noviembre de 2014)
“Es preciso contar con espacios de discusión donde todos aquellos que de algún modo se pudieran ver directa o indirectamente afectados (agricultores, consumidores, autoridades, científicos, semilleras, poblaciones vecinas a los campos fumigados y otros) puedan exponer sus problemáticas o acceder a información amplia y fidedigna para tomar decisiones tendientes al bien común presente y futuro”. (Papa Francisco, Laudato Si’: Sobre el cuidado de la casa común, 24 de mayo de 2015, no. 135)
“La convivencia entre riqueza y pobreza es un escándalo, es una vergüenza para la humanidad”. (Papa Francisco, Audiencia general, 2 de diciembre de 2015)
“Abramos nuestros ojos al prójimo, especialmente al hermano olvidado y excluido, al Lázaro que yace delante de nuestra puerta. Hacia allí se dirige la lente de la Iglesia... Por derecho y también por deber evangélico, porque nuestra tarea consiste en cuidar de la verdadera riqueza que son los pobres”. (Papa Francisco, Homilía por el Jubileo de las personas socialmente excluidas, 13 de noviembre de 2016)
“Luchad contra la pobreza y, al mismo tiempo, aprended de los pobres”. (Papa Francisco, Discurso a los miembros del Consejo de Representación y personal de “Caritas Internationalis”, 17 de noviembre de 2016)
“El principal problema ético de este capitalismo es la creación de descartados para después tratar de esconderlos o cuidarlos para hacerles ver más. Una grave forma de pobreza de una civilización es no conseguir ver más a sus pobres, que antes son descartados y después escondidos… La economía de comunión, si quiere ser fiel a su carisma, no debe solamente cuidar a las víctimas, sino construir un sistema donde las víctimas sean cada vez menos, donde posiblemente no haya más”. (Papa Francisco, Discurso a los participantes en la Reunión de Economía de Comunión, 4 de febrero de 2017)